El arte de Coaching – Coaching y la poesía

El loto blanco

Amo al loto blanco,
porque es tan blanco y despliega tan silenciosamente
su corona en la luz.
Subiendo desde la tierra fría y oscura de la poza,
encontró la luz y luego destapó
felizmente el corazón de oro.
Ahora descansa pensativamente en la superficie de la poza,
y ya no desea……

Frederik van Eeden, 1898

Este hermoso poema (propia traducción del idioma holandés) trata de un loto, una flor con mucho
significado, que en el hinduismo, el budismo y en el egipcio antiguo es considerado como un símbolo
espiritual. El loto pasa por agua sucia hasta poder florecer como una flor bella y pura, sin
contaminación y por eso representa un tipo de renacimiento.

El autor del poema también escribió una novela que relata la vida de una mujer virtuosa, inocente y
sensitiva quien percibe su vida burguesa aparentemente impecable con sombría y como
consecuencia despiertan sus sueños de libertad. Lentamente empiece a romper la estructura
armoniosa de su vida. La protagonista se deja llevar por el contexto, por lo cual llega a enfrentar
muchos contratiempos, pasando figurativamente por un agua obscura. La mujer lucha con su salud
mental, pierde su bebe, y llega al extremo de intentos de suicidio, adición de drogas y la
prostitución. Haber pasado por las profundidades de la vida, al final del libro la mujer logra
levantarse del fondo y encuentra su esencia y el valor de la vida. De esta manera logra llegar a las
aguas tranquilas que buscaba desde su juventud. En este contexto, podemos entender mejor las
siguientes estrofas del poema: “Subiendo desde la tierra fría y oscura de la poza, encontró la luz y
luego destapó felizmente el corazón de oro. Ahora descansa pensativamente en la superficie de la
poza, y ya no desea….”

Este poema es un ejemplo de lo que se trata la poesía. Es el arte de manejar de manera creativa
lenguaje, imágenes y significados. Algo que en primera vista parece una simple descripción de una
flor, puede tener un significado mucho más profundo.

En una entrevista de coaching suele pasar lo mismo. Lo expresado por una persona en palabras,
puede tener significados más profundos. Una persona utiliza palabras para expresar el diseño de su
propio mundo, y el coach intenta entender la estructura de interpretación de la persona; entender el
tema atrás del tema, la historia atrás de la historia.

Vale recalcar que la interpretación del coach es subjetiva, coloreada por sus propios valores,
experiencias y proyecciones cuales influyen en el arte del coaching.

Por ejemplo, un día una persona me dijo: “después de haber vivido todo lo que tengo que vivir, voy
a ponerme seriamente en campaña para encontrar la persona correcta”.

Como coach preguntaría por ejemplo: ¿Qué es para ti “la persona correcta”? También palabras
como “tengo que” llaman la atención porque suelen referir a ciertas reglas o suposiciones. Aquí se
podría intentar profundizar para entender la lógica atrás del razonamiento con preguntas como
“¿Qué es lo que “tienes que vivir”? y “¿porque tendrías que vivir eso?”. Y si se percibe cierta
incongruencia, se podría preguntar algo como “vivir de esta manera nos ayudaría encontrar esta
persona “correcta”?”

Coaching es un arte equilibrado. Por una parte, uno de los principios básicos del coaching es
preguntar sin “juicios”. Al mismo tiempo el coach podría tener sus propias opiniones e
interpretaciones sobre la historia que está escuchando, y tiene la libertad para cuestionar el
razonamiento de la persona con la intención de lograr un cambio en sus paradigmas, es decir
estimulando a la persona a ver su propia poesía con otros ojos. Como la poesía, el coaching no se
puede captar en simples reglas, métodos o dogmas. Creo que lo importante es que un coach debe
conocer a sí mismo para poder vincular conscientemente su interpretación de lo que escucha con la
posible intención de la persona que cuenta su historia.

En esta interacción sinérgica, un coach apoya a la persona a experimentar con nuevas historias,
creando nuevos poemas en el camino hacia el éxito y la felicidad.

¿Es eso lo que hace el coaching tan lindo?