10 Ago El arte de Coaching – Coaching y la pintura
“Mira las nubes ¿De qué color son? Blancas… No, no son blancas. Amarillas.. azules y grises. Las
nubes tienen colores” “Ahora lo entiendes?”
Hay muchas diferentes interpretaciones sobre el concepto coaching. Personalmente llego a la
conclusión que Coaching es un arte.
El coaching, como el arte, nos permite expresar y entender mejor nuestras ideas y emociones. En la
Grecia antigua, utilizaron la siguiente clasificación de seis disciplinas dentro del arte: la pintura, la
música, la poesía, la escultura, la arquitectura y la danza. Vamos a tener unas seis reflexiones sobre
el coaching, desde la perspectiva de cada una de estas seis disciplinas, empezando con la metáfora
de la pintura para poder entender mejor el arte del Coaching.
Un buen pintor tiene la capacidad de observar la realidad y ver más allá de lo obvio. El libro “La Chica
con la Perla” (o la película si prefieres ver Scarlett Johansson de jovencita), trata de la vida de uno de
los más grandes pintores holandeses Johannes Vermeer, y en cierto momento en la historia el
maestro enseña a la joven chica a observar mejor las nubes. Al mirar con más detalle, la chica
descubre que las nubes no son blancas, pero que son de todos colores.
Eso es justo lo que hace el coach. En una entrevista, el coach hace ver a la persona más allá de lo
obvio, a cambiar su perspectiva. El trabajo, la familia, e incluso la vida podrían parecer blancos y
monótonos. Pero si observas mejor, podrías descubrir muchos colores.
Luego de observar la realidad, el pintor hace una interpretación subjetiva de lo que observa, y
mediante su pincel y su pintura, traduce toda esta interpretación en su arte auténtico.
Asimismo, un coach hace una interpretación subjetiva del mundo de la persona con quien conversa. Esta interpretación depende de los valores y las experiencias personales y profesionales del mismo
coach. Por ende, un coach debe tener autoconocimiento, ser consciente de quien es, y encontrar su
propio estilo de Coaching. Además, debe tener la habilidad de ver el potencial positivo de cada
persona. Un buen coach es como el pintor en la imagen de Warren Gebert, viendo una mariposa
mientras observa una oruga.